Carlos Carlos Samayoa, representante de Greenpeace, alertó sobre las violaciones a los derechos humanos y ambientales derivadas de la construcción del Tren Maya.
Durante una entrevista en Aristegui en Vivo, el campañista por La Selva Maya, la fragmentación de la selva está poniendo en grave peligro la biodiversidad y alterando los ciclos hídricos esenciales para la región. Se estima que hasta ahora se han talado 10 millones de árboles, lo que equivale a una pérdida diaria de 190 hectáreas de selva.
Esta situación se agrava con el crecimiento desmedido de desarrollos inmobiliarios y cambios de uso de suelo que se permiten sin la debida investigación.
El activista hizo un llamado a la ciudadanía para unirse a la campaña de protección de la selva maya, enfatizando que es fundamental que muchas voces exijan un cambio en la forma en que se utilizan los recursos naturales. Destacó que el Tren Maya no solo representa un avance turístico, sino que también está vinculado a intereses económicos que amenazan el equilibrio ecológico.
Además, mencionó el reciente intento del grupo Xcaret de deforestar casi 180 hectáreas en Uxmal para construir un parque turístico, el cual fue detenido gracias a la presión social.
Greenpeace invita a todos a sumarse a esta causa, resaltando que la selva maya es el pulmón verde de México y su protección es vital para el bienestar de las comunidades locales y del medio ambiente.