La situación de salud pública relacionada con el VIH y las hepatitis C en Nuevo Laredo presenta cifras preocupantes, según el informe de Juan Francisco Ortiz Brizuela, responsable jurisdiccional del programa VIH-SIDA e Infecciones de Transmisión Sexual del Centro Ambulatorio para la Prevención y Atención en SIDA e Infecciones de Transmisión Sexual (CAPASITS).

En la actualidad, se tiene registro de 375 casos de VIH bajo control en el centro, mientras que desde su apertura se han atendido un total de mil 200 pacientes.

El incremento en la detección de hepatitis C es notable, con aproximadamente 100 pruebas rápidas realizadas este año, de las cuales 60 han sido confirmadas. De estos, alrededor de 45 pacientes han iniciado tratamiento. Desde 2020, el programa nacional para la detección y erradicación de hepatitis C ha permitido que cerca de 200 casos hayan sido tratados en la región.

El impacto de estas cifras es significativo, ya que más del 50 por ciento de las 13 muertes reportadas este año corresponden a pacientes diagnosticados en etapas avanzadas de la enfermedad.

Ortiz Brizuela enfatizó que muchos de estos fallecimientos podrían haberse evitado con una detección y tratamiento más tempranos. La falta de albergues para pacientes también es un factor crítico; el albergue Madre Teresa de Calcuta cerró sus puertas, dejando a los pacientes con pocas opciones de apoyo.

Ante esta realidad, las autoridades sanitarias instan a la población a realizarse pruebas de detección y a adherirse a tratamientos disponibles. Se están implementando campañas de concientización para informar sobre la importancia de la detección temprana y el tratamiento de estas infecciones.

Además, se prevé fortalecer la infraestructura de atención y apoyo para los pacientes, así como restablecer albergues que puedan brindar una atención integral.  

Por expreso

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