La llegada de la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM) a Nuevo Laredo ha traído consigo una creciente preocupación por la escasez de viviendas en la ciudad fronteriza, una problemática que ya se venía advirtiendo por expertos locales.
Francisco Mejía Barrientos, presidente del Consejo de Instituciones de Nuevo Laredo, destacó que la demanda de vivienda en la región sigue en aumento, situación que se ha visto agravada por el establecimiento de la ANAM.
«La situación de demanda sigue siendo alta, como nos ha comentado nuestro amigo Ernesto Morán de la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI). Con la llegada de la ANAM, el tema es inminente. Vamos a seguir teniendo escasez de vivienda si no generamos una mayor oferta o no ponemos sobre la mesa el diagnóstico situacional de la vivienda que existe», comentó Mejía Barrientos.
A pesar de la creciente demanda, un punto de interés radica en la cantidad de viviendas abandonadas que podrían ser rehabilitadas para paliar la crisis habitacional. Sin embargo, no existen cifras oficiales sobre cuántas de estas viviendas están disponibles para ser reacondicionadas. Mejía Barrientos explicó que si se lograra un plan de rehabilitación, se podría no solo satisfacer parte de la demanda, sino también combatir problemas sociales como la inseguridad.
«Es un tema donde se podría trabajar en rehabilitar las viviendas abandonadas, y con eso disminuir no solo la demanda, sino también los riesgos asociados a estos espacios vacíos. Se estima que la necesidad actual está entre 5 y 7 mil viviendas, pero no tenemos el dato exacto de cuántas están desocupadas», agregó.
La instalación de la ANAM promete ser un motor económico importante para Nuevo Laredo, pero el desafío de atender la demanda de vivienda es urgente. Las autoridades y sectores involucrados tendrán que trabajar en conjunto para evitar que la escasez de viviendas se convierta en una crisis aún mayor, mientras se busca un equilibrio entre el crecimiento económico y el bienestar de los habitantes de la región.
La rehabilitación de viviendas abandonadas aparece como una opción viable, pero requerirá de esfuerzos coordinados y voluntad política para implementarse de manera eficaz.