Con base en la información biométrica con que cuenta, el Instituto Nacional Electoral (INE) ha colaborado con la Fiscalía General de Justicia de Tamaulipas en la identificación de 442 cuerpos y restos humanos que permanecían en calidad de desconocidos en la entidad.
De acuerdo con el “Informe de los resultados y el estado que guarda la firma de convenios para la identificación de personas a través del método de biometría y colaboración para localizar personas desaparecidas”, al cual MILENIO tuvo acceso a través de la Plataforma Nacional de Transparencia, el organismo electoral ha recibido mil 829 solicitudes de ayuda por parte de esta institución para coadyuvar en la identificación de restos humanos que probablemente pertenecen a personas desaparecidas o no localizadas.
El INE explica que establecer estas identidades ha sido posible tras realizar una confrontación de las huellas dactilares de las personas fallecidas con las que tiene en su poder el Instituto.
Esta colaboración interinstitucional se realiza en el marco de un convenio que la Fiscalía General de Justicia del Estado suscribió con el organismo electoral el 20 de septiembre de 2019.
Cabe recordar que en el Instituto las huellas dactilares de una persona se captan como parte del trámite de la credencial para votar, en un esquema que permite el registro de diez huellas, el cual fue instrumentado desde julio de 2012.
El Informe citado destaca que al 16 de julio de este año Tamaulipas había enviado al INE mil 267 huellas de cuerpos en calidad de desconocidos.
Derivado de lo anterior, hasta ese día se había logrado identificar pericialmente a 442 personas, y se habían encontrado coincidencias o indicios no plenos de 498 personas más.
Sin embargo, para el Instituto Nacional Electoral queda pendiente saber si se pudo contactar a algún familiar o conocido para la confirmación y entrega del cuerpo.
Para poder desarrollar esta labor de identificación de cadáveres o restos humanos, la Dirección Ejecutiva del Registro Federal de Electores (RFE) ha firmado convenios de colaboración con diversas instituciones forenses, entre ellas la de la Fiscalía tamaulipeca. Gracias a esta coordinación y una vez lograda la identificación de la persona, el INE aporta las imágenes de fotografía y huellas dactilares, así como información de los domicilios de la víctima, con el fin de que la autoridad judicial pueda tener datos más completos.
“Las imágenes de huellas dactilares normalmente no pueden ser aportadas por los familiares de los desaparecidos, pero el INE las proporciona para que se pueda realizar, en su caso, la búsqueda de las personas en bases de datos forenses, así como en hospitales, centros de salud o de asistencia”, se expone.
En estos casos, no es posible conocer si la información aportada por el INE ha concluido en la ubicación de alguna persona desaparecida o no localizada.
Pero es la forma en la que el Instituto Nacional Electoral puede coadyuvar para que las instituciones encargadas de la búsqueda de personas desaparecidas cuenten con la información para realizar sus funciones y ejercer sus atribuciones.
“Los convenios suscritos permiten darle un valor social al padrón electoral, de tal manera que se pueda retribuir a la sociedad la confianza que deposita en el INE para entregar sus datos para obtener su credencial para votar y reconocerla como el medio de identificación primordial de las y los ciudadanos mexicanos”, concluye el órgano electoral en su informe publicado en la página web de la institución.