Colectivos ambientales de Nuevo León exigieron hoy a la Federación remover la Refinería de Pemex en Cadereyta de la entidad, alegando que es el principal emisor de contaminantes y está matando a los neoleoneses.
Cientos de manifestantes armaron un plantón en las escalinatas que conectan con la Macroplaza armados con pancartas y gritos en contra de la Refinería.
Mariana Peña, ciudadana de 24 años y quien fue la encargada de emitir un mensaje en el plantón, cuestionó la inactividad de la Federación para atender las demandas por el exceso de contaminación.
«Señor Presidente, hay evidencia contundente de que la Refinería de Cadereyta es la principal fuente de contaminación en la Ciudad», reclamó Peña, «en Nuevo León no queremos a la Refinería».
«En Nuevo León no queremos seguir respirando azufre y no queremos morirnos antes de tiempo, este aire nos enferma, no son dolores de cabeza ni asma, es la decidida y la inacción política.
«No es alergia ni cáncer, es azufre y es la Refinería, no es tos, es Pemex, no es irritación y migraña, es el combustóleo y su apuesta por los combustibles fósiles, no es gripa ni polvo, es avaricia y lo que respiramos gran parte del año no es polvo, es contaminación».
En su discurso, Peña aseguró que la Refinería es responsable del 90 por ciento de dióxido de azufre en la ciudad, del 30 por ciento de las partículas PM10 y PM2.5, y recalcó que su remoción de la entidad evitaría cerca de 500 muertes al año.
Además, la ciudadana arremetió contra el Gobierno estatal advirtiendo que siguen en deuda con la comunidad con alertas ambientales claras y oportunas, y protocolos a seguir.
«Al Estado, siguen en deuda con nosotros, exigimos alertas claras y oportunas», reclamó, «y evidencia de la mala calidad del aire en el Estado».
En 1991, recordó, la Refinería de Azcapotzalco cerró sus puertas por la alta contaminación en el Valle de México con decisiones de Gobernantes que atendieron el llamado.
Al final, exigió a la Federación meter en cintura a las industrias que también contaminan en el Estado.
Durante el plantó, cientos de manifestantes lanzaron consignas como «no más veneno, queremos aire bueno», «menos emisiones, más acciones», «queremos respirar, paren de refinar» y «Fuera Pemex».
Al lugar también llegó el Secretario de Medio Ambiente estatal, Alfonso Martínez Muñoz, funcionario que encabeza las demandas del Gobierno dirigido por Samuel García para exigir la reducción de emisiones de la empresa federal.
El más reciente desaire de Pemex a los llamados estatales fue la semana pasada, cuando el gerente de la Refinería, Martín Rodríguez Aboites, no acudió a una cita con funcionarios en la Torre Administrativa para tratar el tema de las emisiones contaminantes.
De acuerdo con el inventario actualizado de emisiones presentado con el Plan Integral de Gestión Estratégica de Calidad del Aire (Pigeca), la Refinería lanza el 94 por ciento del dióxido de azufre que contamina la Ciudad, producto que a la vez es precursor de las dañinas partículas PM2.5.