En ocasiones la violencia (tanto física, sexual, emocional, financiera y patrimonial) llega a interiorizarse a tal punto que quien la padece desconoce que se encuentra viviendo una experiencia traumática.
En Nuevo Laredo advierten sobre la violencia de género repartiendo “violentómetros” para ejemplificar cómo luce una situación de peligro.
El violentómetro es un material didáctico creado por estudiantes del Instituto Politécnico Nacional (IPN) el cual ha sido ampliamente divulgado por diversos organismos públicos y autónomos para luchar contra conductas coercitivas entre la población. Ahora el Instituto de la Mujer de Nuevo Laredo lo reparte de manera gratuita entre la ciudadanía.
¿Cuándo y dónde buscar ayuda?
El violentómetro se divide en tres niveles. En el primero se solicita “Tener cuidado”, en el segundo se pide “Reaccionar, no permitas que te destruyan”, mientras que en el último bloque la señal es clara: “Necesitas ayuda profesional”.
Acorde al IPN la violencia de género escala. Comienza con bromas hirientes, después con mentiras, se aplica la “ley del hielo”, se culpabiliza, se descalifica y se ofende. Tal situación da paso a humillaciones públicas, a amenazas, destrucción de artículos personales y caricias agresivas.
En el último estadio comienzan los empujones, el aislamiento, los golpes, las amenazas, violaciones y, lamentablemente, los homicidios.
Cualquier persona en Nuevo Laredo que detecté que necesita ayuda puede acudir al Instituto de la Mujer, localizado en calle Orizaba, en la colonia México, en un horario corrido de las 09:00 a las 20:00 horas de lunes a viernes. Así lo informó Cynthia Rodríguez Leija, directora del organismo.
“La idea es promover las actividades que realizamos a beneficio de las mujeres violentadas y por ello nos instalamos en una zona concurrida para entregar folletos y “violentómetros” para que ellas sepan a dónde acudir e identificar si padecen algún tipo de violencia”, aseveró Rodríguez Leija.
Es necesario entender: “No es tu culpa”
De acuerdo a la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires una de las consecuencias del maltrato es el sentimiento de culpa de las víctimas. Lo cual detona altos niveles de depresión y ansiedad. La angustia de creer que pudieron evitar lo que les pasó llega a ser, muchas veces, un obstáculo para velar por su salud física y mental.
Los expertos en cuestiones de violencia de género aducen que la víctima no tiene (nunca) la culpa. Sin embargo, sí tiene la responsabilidad de trabajar en aquellos factores que evitaron que se percatara del ambiente de violencia en el que vivía. Es decir, es necesario trabajar en una forjar una buena autoestima.
Ahora el Instituto de la Mujer en Nuevo Laredo reparte entre la ciudadanía folletos y “violentómetros” para prevenir las situaciones de maltrato físico y mental entre la población. La actividad se enmarca dentro del Día Internacional contra la Violencia hacia la Mujer.