Nueve días después del paso del huracán Otis, la población de Acapulco continúan sin agua ni servicio de recolección de basura. Sólo en algunos puntos se ha restablecido de manera intermitente la energía eléctrica.
En un recorrido por la zona suburbana se constató que la población aun no cuenta con energía eléctrica ni agua potable. Y un problema que se agrava es el de la falta de recolección de basura.
En las colonias del Acapulco tradicional, el «carretón», como le llaman al camión de la basura, no ha pasado después del huracán.
En la calle Sinaloa, la familia Pintor García cuenta que todos los vecinos fueron los encargados de limpiar la calle, pero permanecen los postes de concreto de la Comisión Federal de Electricidad recostados en la calles, viviendas y autos.
También hay montones de basura y escombro de láminas, ramas y muebles. El olor fétido está impregnado en el aire.
Tampoco les ha caído agua. La falta de este servicio empezó cinco días antes del huracán.
Por esta razón, los vecinos dicen que volaron muchos tinacos en la colonia. Estaban vacíos o con poca agua.
Se han abierto las principales vialidades, pero por toda la ciudad la basura abunda en las esquinas, principalmente en las colonias de la periferia, el mercado central, colonia Hogar Moderno y avenida Ruiz Cortines.
Hay más circulación de automóviles y algunos negocios ya trabajan en su reconstrucción.
La señal de telefonía celular es tenue.
Los pocos negocios que han abierto lo hacen duplicando su precio normal.
El kilo de tortillas pasó de 50 pesos en los primeros días posteriores al huracán a 26 pesos.
Una Coca Cola de medio litro cuesta 50 pesos y en la Taquería Deliciosa venden el kilo de carne al pastor en 500 pesos.
La cerveza cuesta 35 pesos y la caguama a 65 pesos.