Para Lorenzo Moreno cobrar su pensión de tres mil 850 pesos bimestrales, por tener 83 años de edad, es perder todo el día, aguantar sol, calor, lluvia, el dolor de espalda y piernas.
“Pero que hacemos los pobre tenemos que ir por lo que nos dan sino se lo quedan ellos o quien sabe a quien se lo de darán.
Margarita Sánchez, arrastra sus piernas y sus 85 años para llegar a la sucursal del Banco de Bienestar para poder cobrar la pensión de la cual ya lo debe todo y no le alcanza para comprar sus medicinas y su comida.
“Las medicinas y la comida están cada vez más caras como que nos están matando poco a poco al dejarnos sin comer, sin medicinas”.
Para los viejos el ir a cobrar la pensión esta entre el gusto por recibir algún dinero y el sacrificio que deben hacer de la espera, caminar, las altas temperaturas, el sol o la lluvia y el frio.
Pero aún más en ocasiones llegar a la sucursal de el Banco de Bienestar y los cajeros automáticos no funcionan o se quedaron sin dinero. Son dos o tres ventanillas las cuales tienen y también se quedan sin dinero.
Lorenzo Moreno que vive en la periferia de la Ciudad primero toma un camión de transporte urbano y luego caminar un kilometro más para llegar a la sucursal del Banco de Bienestar en la calle Colón y encontrar que el cajero automático se encuentra descompuesto y en las ventanillas se les acabo el dinero.
“Tenemos que hacer fila y ahí estamos en la calle bajo el sol y con el pinche calor hasta cuando traigan dinero. Que hago tengo que aguantar pues necesito el dinero y además no vivo cerca para andar dando vueltas a cada rato. A ver a que hora tienen dinero”.
“Y mira eso de los cajeros automáticos yo no le entiendo a esas madres. Las letras están chiquitas borrosas y pues no alcanzo a leer, siempre le pido alguien que me ayude alguien o me acompaña una hija, pero ya me chingue pues ve que traigo dinero y me pide”.
Para Tamaulipas fueron autorizados 49 sucursales del Banco de Bienestar, de las cuales 18 se encuentran construidas pero únicamente funcionan siete, las cuales son insuficientes para atender a los más de 300 mil pensionados.
Las otras once no funcionan debido a la falta de equipo, personal e interconectarse a la red bancaria nacional.
Es por ello que cuando se corre la voz entre los pensionados de que ya depositaron se hacen largas filas de los adultos mayores en espera de poder cobrar.
Lorenzo Moreno, se ajusta su sombrero de palma y se apoya en su bastón:
“Cuando no encuentro dinero y me urge pues me voy a buscar en la sucursal del Eje Vial, pero es lo mismo los cajeros automáticos no funcionan o en las cajas también resulta que se quedaron sin dinero”.
Comenta que para cobrar su pensión tarda dos o tres días en dar vueltas a todas horas, a fin de tener la suerte de que en los cajeros o en las ventanillas haya dinero.
Según la secretaría de Bienestar un 60% del pago de la pensión a los adultos mayores esta bancarizado con otras instituciones bancarias como Banco Azteca y Banorte. Pero con Banco Azteca es lo mismo los cajeros se encuentran descompuestos y en las ventanillas es igual no hay dinero. Y en Banorte las largas filas, por lo cual el dinero de agota rápidamente.
Y Margarita Sánchez, cuenta: “En ocasiones para cobrar la pensión hay que ir de una sucursal a otro a ver en donde hay dinero. Y en eso ya gaste de 200 a 300 pesos en un taxi que me lleve de un lugar a otro”.
“Y en Banco Azteca cuando tienes suerte ventanilla de que vayan a pagar te dicen que no puedes sacar todo que debes dejar algo en la tarjeta cuando menos 150 pesos, para que no se cancele. Abusan de nosotros las personas ancianas… En todo eso me llevo más de mediodía en ir de un lado a otro y al final resulta que los tres mil 850 pesos no sirven de nada. Comer o comprar medicinas no alcanza para nada”.