Ciudades como Matamoros o Ciudad Juárez, colindantes con Texas, resienten el endurecimiento estadounidense y decenas de venezolanos expulsados se reúnen con los que quieren ingresar a EU. La Alcaldía de Matamoros estima que diariamente serán echados 100 venezolanos. Hoy que AMLO visite Tamaulipas, los Ediles le pedirán recursos para atender la crisis migratoria.
Las autoridades mexicanas comenzaron el traslado de migrantes a la CDMX para que tramiten visas humanitarias.
«Intentamos entrar por Juárez y nos devolvieron. Ya los refugios están demasiado llenos y nos devuelven para la CDMX y ya lo que queremos es la deportación, porque ya no tenemos plata», lamentó Francisco Caldera, quien viajó con su tía y dos primos y aguardaba ayer ser atendido en el INM.
Y en Tapachula, Chiapas, nuevos grupos que recién ingresaron a México se desplazan por las carreteras en caravanas rumbo al norte.
En la madrugada de este lunes, llegaron al menos cinco autobuses procedentes de Piedras Negras, Coahuila, y también de Matamoros, Tamaulipas, con decenas de personas, entre ellas mujeres y niños, que no sabían qué van hacer ahora que su plan de entrar a Estados Unidos se vio frustrado.
A la mayoría de los varados, el cambio en la política migratoria estadounidense, anunciado el pasado 12 de octubre, los agarró en el camino.
Es el caso de Robert Darién, quien llegó a Ciudad Juárez un día después de cambiaran las reglas y, tras ser devuelto, lamentó que las autoridades mexicanas se hayan tardado una semana en otorgarle un permiso temporal para que pudiera transitar y llegar a la frontera.
«Me tardaron en San Pedro (Tapanatepec, Oaxaca) una semana en darme el permiso, ¡Una semana! Si me lo han dado antes hubiera llegado y hubiera podido cruzar, pero llegué después, me metieron a un centro de detención, después nos llevaron en avión a la frontera con Matamoros y nos dejaron del lado mexicano», narró.