Anahí Gómez Rico sintió un golpe fuerte que la hizo volar algunos metros para caer de bruces, perdió el conocimiento unos segundos y al reaccionar, pudo ponerse de pie y lo que observó la llenó de horror.
«Había personas tiradas, ensangrentadas, no supe qué pasó, todos gritaban, lloraban. Lo único que pensaba era en caminar hacia la banqueta, pero sólo logré sentarme, estaba muy asustada al ver a tanta gente llena de sangre», cuenta sin poder contener el llanto.
Anahí se encontraba esperando cobrar la pensión por discapacidad de su hija cuando un auto embistió el módulo del Banco de Bienestar en la calle Francisco I. Madero en la zona centro de Río Bravo, Tamaulipas.
Como ella, más de 30 personas, la mayoría adultos mayores, se encontraban bajo un toldo que fue instalado a las afueras del banco a fin de que esperaran ser llamados para cobrar sus pensiones.
Fue entonces cuando un adulto mayor, abordo de un vehículo en color blanco, perdió el control de la unidad y se proyectó inicialmente contra una patrulla de tránsito que resguardaba la zona.
Posteriormente y por lo fuerte del impacto, ambas unidades arrollaron a 24 personas, que fueron trasladados a diversos hospitales.
Agradece a Dios
Anahí de 40 años se encuentra postrada en una cama del Hospital General de Río Bravo y aunque sus lesiones son graves, agradece a Dios que su hija no la acompañó a cobrar la pensión.
«Dejé a mi hija en la casa, gracias a Dios no la traje porque entonces la historia hubiera sido otra, porque yo estaba recargada en la patrulla de tránsito».
Afirma que aunque perdió el conocimiento, su primera reacción fue levantarse y gritar porque pensaba que acababa de recibir el golpe, cuando en realidad, ya habían pasado algunos minutos.
«Lo primero que vi fue a unos señores que estaban en la banqueta, inconscientes y llenos de sangre, no sabía lo que pasó, se escuchó como un choque pero no supe qué fue lo que le pegó a la patrulla y nos empujó».
Cuenta que le realizaron radiografías de la cabeza y tórax por lo que hasta el momento permanecerá hospitalizada, pues no se ha determinado su estado de salud.
«Quiero pedirles a las autoridades que no hagan eso, que ya no paguen en esas condiciones porque estábamos en la calle, nos ponen en riesgo, era la primera vez que cobrábamos en ese banco, antes nos citaban en el Parque Las Liebres».
De paso
Eliseo Piñón de 64 años se dirigía a comprar un medidor para su casa cuando al cruzar la calle Francisco I. Madero observó un vehículo a toda velocidad.
«El carro venía a toda velocidad, me paralicé y fue cuando me aventó, el tránsito se llevó el golpe más fuerte porque estaba en medio, no perdí el conocimiento pero ya no quise ver, era mucha la gente que estaba ensangrentada, escuchaba los gritos, muchos llorando».
A Eliseo el impacto le provocó un dolor agudo en la cadera y una herida en el brazo que tuvieron que suturarle.
«Me tomaron radiografías, gracias a Dios puedo caminar aunque me duele mucho, me dieron de alta pero me dijeron que si me sentía mal que regresara».