Mientras la guerra entre Israel y Hamás entra en lo que el primer ministro israelí Benjamin Netanyah, afirmó que podría ser una nueva fase “larga y difícil”, el presidente estadunidense Joe Biden pidió a los dirigentes israelíes y árabes que reflexionen sobre su posible realidad tras la guerra.
Una realidad, señaló, en la que debería ser prioritario llegar finalmente a un acuerdo sobre una solución de dos Estados para el conflicto palestino-israelí.
“No se puede volver al status quo del 6 de octubre”, dijo Biden a los periodistas, refiriéndose al día antes de que los milicianos de Hamás atacaran Israel y desencadenaran la última guerra. La Casa Blanca dijo que Biden dio el mismo mensaje directamente a Netanyahu durante una llamada telefónica la semana pasada.
“También significa que cuando esta crisis termine, tiene que haber una visión de lo que viene después, y en nuestra opinión tiene que ser una solución de dos Estados”, subrayó Biden.
El impulso a la solución de dos Estados —en que Israel coexistiría con un Estado palestino independiente— ha eludido a los presidentes estadunidenses y a los diplomáticos de Oriente Medio durante décadas. Ha quedado relegada a un segundo plano desde que el último esfuerzo liderado por Estados Unidos en las conversaciones de paz fracasó en 2014 en medio de desacuerdos sobre los asentamientos israelíes, la liberación de prisioneros palestinos y otras cuestiones.
La estadidad palestina es algo que Biden rara vez abordó al principio de su gobierno. Durante su visita a Cisjordania el año pasado, Biden dijo que “el terreno no está listo” para nuevos intentos de alcanzar una paz permanente, aunque reiteró a los palestinos el apoyo de Estados Unidos a la creación de un Estado.
Ahora, en un momento de mayor preocupación por la posibilidad de que la guerra entre Israel y Hamás se convierta en un conflicto regional más amplio, Biden ha empezado a insistir en que, una vez que cesen los bombardeos y los disparos, no se debe seguir ignorando la necesidad de trabajar por un Estado palestino.
Hasta hace poco, Biden había puesto mucho más énfasis en lo que su gobierno consideraba la ambición alcanzable de normalizar las relaciones entre Israel y sus vecinos árabes que en reiniciar las conversaciones de paz.
Incluso su asesor de seguridad nacional, Jake Sullivan, en un extenso ensayo escrito poco antes del atentado del 7 de octubre, en que describía los esfuerzos de Biden en política exterior global, no mencionaba la creación de un Estado palestino. En una versión actualizada del ensayo Relaciones Exteriores publicado en internet, Sullivan escribió que el gobierno estaba “comprometido con una solución de dos Estados”. El funcionario de la Casa Blanca también señaló que las conversaciones de normalización siempre han incluido propuestas significativas en beneficio de los palestinos.