La deuda de Petróleos Mexicanos (Pemex) con sus proveedores y contratistas, al 30 de junio, ya asciende a más de 231.2 mil millones de pesos, un saldo que en teoría deberá pagar en el plazo de menos de un año.

Sin embargo, fuentes con conocimiento del tema y que prefieren no ser nombrados, aseguran que la empresa ha retrasado los pagos de algunos de sus proveedores, pero está priorizando el de compañías a fines a la 4T, una situación que ya generó incertidumbre en el sector.

Hasta el cierre de junio, la empresa había hecho un pago de 214 mil 630 millones de pesos, una cifra que representa un aumento de 5.4 por ciento. No obstante, según un análisis del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco), dentro de los pasivos de corto plazo, se encuentra el pago pendiente a sus proveedores y contratistas, el cual asciende a 231.2 mil millones de pesos.

Aunque el monto es 15.8% menor en comparación a los 274.5 mil millones de pesos que se registraron al 30 de junio de 2022, la cifra es la tercera más alta de la presente administración e incluso 251% más alta que hace diez años.

Em entrevista, Jesús Carrillo, director de economía sostenible del Imco, dijo que a la deuda de los proveedores y contratistas es cada vez mayor y que al sumarse con el resto de los pasivos, principalmente los de corto plazo, el monto no está muy lejano de igualar los ingresos de la empresa, siendo este uno de los factores que también ha contribuido a la reducción de su calificación crediticia.

TRATO PREFERENCIAL A EMPRESAS

Las fuentes, que prefieren el anonimato, dijeron a Excélsior que los pagos no se están realizando de acuerdo con los compromisos que tiene la empresa o el vencimiento de las facturas, sino que se está dando preferencia a empresas afines a la 4T.

La falta de pago fue reconocida por el director de Administración de Pemex, Marcos Herrería, cuya oficina se ocupa de la relación con los proveedores. El funcionario se reunió hace unos meses con representantes del sector energético, a quienes les informó la interrupción de pagos a proveedores con el objetivo de reunir parte del pasivo que se debe cancelar este año”.

Sin embargo, “luego de esas reuniones donde se informó el cese de los pagos, ocurrió algo que preocupó aún más los proveedores de Pemex: comenzó un manejo discrecional que, en lugar de priorizar los pagos con base a las condiciones y vencimientos en las facturas, da prioridad para el cobro a ciertos contratistas”.

Esta situación está generando incertidumbre entre los proveedores y contratistas, al mismo tiempo que limita la capacidad operativa y pone en riesgo la subsistencia de estas empresas por la falta de liquidez.

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