Activistas y albergues esperan una nueva oleada migratoria en la frontera norte de México tras el acuerdo entre el Gobierno mexicano y el de Estados Unidos, que anunció que procesará solicitudes de migrantes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela que están en territorio mexicano.
Tras las reuniones en México entre altos funcionarios de ambos países, el consejero de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, emitió un comunicado el viernes pasado que llegó hasta los celulares de los migrantes que están debajo de los puentes internacionales en espera de cruzar la frontera.
“Anunciamos nuestro pleno apoyo a un espacio internacional multipropósito que el Gobierno de México planea establecer en el sur de México para ofrecer nuevas opciones de refugio y trabajo a las personas más vulnerables que actualmente se encuentran en México”, dice el comunicado firmado por el Gobierno estadounidense.
En el boletín, EU también “se compromete a aceptar referencias de reasentamientos de refugiados de personas calificadas de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela que ya se encuentran en México”.
El mensaje dio esperanzas a migrantes como el guatemalteco Ángel Lobos, quien lleva un mes en Ciudad Juárez esperando que le den cita.
“Ya están dando pasos hacia acá otros migrantes, por eso deciden venir a Estados Unidos, estamos batallando, pero creemos que sí va a salir la cita”, indicó a EFE.
Juan Fierro, director del albergue el Buen Samaritano de la Iglesia Metodista de México, expuso a EFE que las medidas están “bien intencionadas”, pero van a acelerar la llegada de migrantes.
“Las personas de estos países que ya se encuentran aquí, que se han acumulado, es bueno que los reciban y ya crucen y sigan su proceso de asilo político, pero esto mismo puede ocasionar una ola de personas de esos países con la misma intención de que puedan pasar”, explicó.
La situación refleja el panorama en las fronteras de México tras la expiración el 11 de mayo del Título 42 de EU, una medida que expulsaba de manera inmediata a migrantes con el argumento de la pandemia, reemplazada ahora con el Título 8 y mayores restricciones al asilo legal.
Aunque tras el fin de esta política migratoria los encuentros irregulares de migrantes en la frontera de Estados Unidos cayeron un 50% entre mayo y junio, hubo un aumento del 36% entre junio y julio de la migración irregular de familias que viajan juntas, reveló la semana pasada la canciller mexicana, Alicia Bárcena.
Fierro ya advierte de un aumento en la llegada de migrantes, pues ya hay 85 personas en el albergue, cuando hace días apenas eran 60, con lo que espera pronto “llegar al tope” de capacidad.
“No sé cómo van a manejar esa situación porque siguen llegando las personas y se nos vuelve un caos en la frontera, ya hemos vivido situaciones similares por políticas migratorias”, agregó.
El venezolano José Amaro, de 26 años, entró a México hace 25 días, y ahora tiene la esperanza de obtener una cita con la aplicación CBP One de Estados Unidos.
“Me he enterado que salió esa noticia hace poco, que están en ese proceso de que los venezolanos, nicaragüenses, haitianos y cubanos ya tengan la posibilidad de tener un pase a Estados Unidos porque se nos ha hecho bastante difícil”, comentó.
Con la noticia, el migrante dijo que no cruzará por el río Bravo, como lo han hecho en las últimas semanas quienes ya están desesperados viviendo en la calle y sin comida.