El priista Enrique de la Madrid dijo que seguirá participando en el proceso de Va por México para definir una candidatura presidencial.
Ante la duda, incertidumbre, les quiero decir que yo no me bajo, que seguiré adelante, que venceremos…
Dijo que respeta la decisión de otros opositores para no participar en el proceso, pero sostuvo que hay oportunidad de ganar si se superan rencillas.
Sostuvo que al encabezar el frente “todos tendrán un lugar y una tarea, porque todos y todas son personas muy valiosas”.
Fue uno de los tres opositores que definió su postura ante el proceso de elección del bloque PRI-PAN-PRD para intentar encontrar una candidatura para haga frente al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en los comicios presidenciales.
Previamente, Gustavo de Hoyos Walter, exlíder de la Coparmex, anunció que no buscará la candidatura.
Aunque reconoció el esfuerzo de los líderes de partidos por “construir una vía novedosa y atractiva para la opinión pública para definir a quien, eventualmente, enarbolará la candidatura a la Presidencia de la República”, expresó ampliamente su inconformidad con el proceso.
Paradójicamente, la exigencia ciudadana para estructurar el proceso con prontitud ha determinado que el mecanismo tenga imperfecciones así como riesgos jurídicos y políticos.
En su valoración, “el método hace extremadamente difícil el éxito en la participación de perfiles ciudadanos sin militancia partidista y que no cuenten con cargos públicos previos”.
“Lograr cientos de miles de apoyos digitales en menos de un mes, es una barrera difícil de franquear para un aspirante de extracción ciudadana que no tiene a su servicio estructuras políticas formales. Es un claro desbalance competitivo, incluso para una persona con amplio liderazgo social pero que no ha ocupado cargos públicos”, señaló Gustavo de Hoyos.
Además, el priista Alejandro Murat, exgobernador de Oaxaca, anunció que tampoco contenderá.
Expuso que, como aspirante a candidato a la Presidencia, planteó un proceso “democrático, incluyente, transparente y abierto”, de voto directo en las urnas, “como sucede en todas las democracias del mundo”.
“Hoy reconozco que ya hay un método y siempre que se avance en la democracia de México, pero también congruente con mis convicciones y con mis principios debo reconocer que este método deja más dudas que certezas”.