Con las temperaturas superando los 40 grados en Nuevo Laredo, los trabajadores de la construcción han tenido que adaptarse para no poner en riesgo su salud. Desde las seis de la mañana ya están en las obras, aprovechando las primeras horas del día antes de que el calor sea insoportable.

Héctor Martínez Vigil, secretario general del Sindicato de Albañiles, explicó que este ajuste no es nuevo, pero sí necesario cada verano. «La mayoría termina su jornada antes de que el sol esté en su punto más alto. Algunos se van de corrido y otros hacen pausas para hidratarse y descansar», señaló.

Los casos de trabajadores con síntomas de golpe de calor han disminuido, gracias a las medidas de prevención, como el reparto de agua con suero y el monitoreo constante de su estado de salud. Aun así, recuerda que hace cinco años perdieron a dos compañeros por no tener las precauciones que hoy ya se aplican.

Aunque hay obras que sí requieren trabajo nocturno, como en el caso de colados de concreto en grandes naves industriales, la mayoría de las cuadrillas mantiene el ritmo diurno, pero con horarios más estratégicos.

Actualmente, alrededor de 700 albañiles sindicalizados están activos en diversas construcciones de la ciudad, y la demanda no baja. “Nos hace falta gente”, afirma Martínez Vigil. El trabajo sobra, pero lo importante —dice— es no perderlo por un descuido bajo el sol.

Por expreso

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