Unos 4 mil migrantes asentados en Reynosa y en Matamoros permanecen en la incertidumbre después de enterarse de la cancelación de las citas del servicio CBP One, con el cual intentan pedir asilo político en Estados Unidos.
Los albergues de estos dos municipios de Tamaulipas están al tope de su capacidad, previo a que pudieran empezar las deportaciones de connacionales y extranjeros, situación que mantiene a esta entidad en alerta.
Al menos en Reynosa, calculan que podrían recibir hasta 20 mil migrantes. Las autoridades de Tamaulipas se declararon listas para cualquier evento de repatriación masiva y se estableció una coordinación entre los gobernadores de los cinco estados fronterizos para llevar a cabo estrategias de seguridad migratoria.
Las autoridades de Salud y del DIF, preparan un operativo de asistencia médica, orientación y apoyo para intentar que la estancia de los migrantes sea de paso, y puedan trasladarse a sus estados o países de origen.
En Matamoros, el alcalde Alberto Granados anunció que el antiguo Estadio Municipal será habilitado para ofrecer albergue provisional a los migrantes que sean deportados, desde donde tras una estancia de tres cuatro días, planean enviarlos a sus lugares de origen.