Seis organizaciones criminales tejieron alianzas para conformar, por separado, una red de trata de personas que parte de Colombia, Venezuela y diversos países de Centroamérica, así como México, para secuestrar víctimas, de acuerdo con un reciente informe.
Este delito en México experimenta un preocupante incremento desde los últimos años, principalmente ante el éxodo masivo de migrantes de África, Haití y algunos países Sudamericanos y Centroamérica. De acuerdo con las carpetas de investigación a nivel local, de 2023 a la fecha suman mil 34 víctimas, imperando una excesiva cifra negra.
Cada 23 de septiembre se conmemora el Día Internacional contra la Explotación Sexual y el Tráfico de Mujeres, Niñas y Niños con la intención de erradicar este delito, el cual cada día se incrementa en todo el orbe, detalla el Informe del Departamento de Estado de Estados Unidos 2024, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) y las ONG Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer Elisa Martínez, A.C., El Pozo de Vida y Comisión Unidos vs la Trata.
La lista de organizaciones criminales la encabezan el Tren de Aragua de Venezuela, La Mara Salvatrucha y Barrio 18, de origen centroamericano, quienes tejieron alianzas con los cárteles del Pacífico/Sinaloa (CDS), Jalisco Nueva Generación (CJNG) y La Unión Tepito, las cuales han tomado el control de las redes de trata de personas, extendiendo su influencia y violencia más allá del narcotráfico.
En el caso de la Ciudad de México, La Unión Tepito ha desplegado un extenso operativo de vigilancia y seguridad que se compone de halcones, golpeadores en autos y motocicletas, incluyendo policías en activo en las zonas de la Merced, Candelaria, Buenavista, Sullivan, Tlalpan, consideradas por años las zonas de tolerancia de la capital del país.
El modus operandi de éstos es vigilar en cada esquina con radios de comunicación y celulares a las víctimas, en su mayoría menores de edad, en las zonas de tolerancia de la capital del país, que tuvo un incremento después del encierro que nos llevó la pandemia de covid-19.
A decir de Paris Lezama, integrante El Pozo de Vida, organización civil contra la trata de personas, las redes criminales de este delito traen con engaños a mujeres de diversos países a México con la finalidad de explotarlas sexualmente.
“En este sentido, ellos se encuentran en una posición muy vulnerable frente a la trata de personas, ya que pueden ser o captadas en el traslado, ellos van rumbo a Estados Unidos y pueden ser captadas ahí o fueron captadas en su país y vienen a México para ser explotadas. Ojo, muchas de las víctimas, especialmente de Venezuela y Colombia, vienen con fines de prostitución. Ellas saben que viene a ejercer la prostitución. Sin embargo, acaban metidas en un círculo de explotación”.
Estas redes tienen un complicado modo de operar que envuelve a funcionarios de todos los niveles para que faciliten la entrada de manera legal de las víctimas que muchas veces no se asumen como tal.
Por su parte, Elvira Madrid Romeo, presidenta Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer Eliza Martínez, A.C., la crisis del delito de trata ha tenido un crecimiento de 30% en las calles capitalinas, principalmente de migrantes de Venezuela a Brasil, Colombia, Chile y Centroamérica.
“La trata de personas ha incrementado en 30%, estamos hablando que ha aumentado mucho, y que también, en su mayoría, viene de otros países, que son migrantes, que las redes de trata vienen muy bien organizadas, de Venezuela a Brasil, Colombia, Chile, Centroamérica. Nos ha tocado casos muy difíciles, sobre todo también en la frontera sureste y Ciudad de México, son los dos lugares donde más tenemos casos”, detalló.
Ante el aumento de las víctimas en las calles de la capital, principalmente en el Centro Histórico, se ha denunciado la trata de personas; sin embargo, las denuncias ante el Ministerio Público local son reclasificadas de delito, al pasar de la prostitución forzada a los “pleitos de pareja”.
“Las autoridades dicen que ha disminuido la trata porque no califica los delitos como tal, ponen como si hubiera sido un pleito de parejas, como extorsión o como otros delitos, pero sin calificarlos como trata, las carpetas de investigación; en los casos que nos han llegado, quieren calificarlos como otro delito y nosotros decimos no, es trata, por esto, por esto y por esto, porque cumple, desde que cómo la transportan, cómo todos los recursos, cómo las tienen, en condiciones muy inhumanas; entonces, ¡claro que es trata!, ellos no califican como debería de ser”, aseguró Madrid Romeo.
Denuncias mínimas a comparación de la gran cifra negra que se tiene sobre este delito a nivel nacional, que sólo registra las denuncias de los MP locales y nivel federal, que son menos.
No es un secreto, las redes de corrupción que ha tejido el crimen organizado en México y su capital es silencioso, pero se ve en las zonas de tolerancia del país, un delito que día con día aumenta.
Para la especialista en coordinación estratégica de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), Esther Montalvo, la cifra negra sobre este delito oscila en 90%, esto se deriva ante la falta de la denuncia.
“Definitivamente existe una cifra negra, y esta cifra negra de casos prácticamente oscila en 90%, pues hay casos que no se reportan y por supuesto que no se documentan. Lo anterior, debido a que, en muchas ocasiones, la persona que es víctima de este delito no se asume como tal, también por diversos factores, porque hay riesgos, y pues ante ello no denuncian, porque los tratantes, generalmente, amenazan a sus víctimas y por eso no tenemos registro de casos”.
Agregó que este delito afecta por igual a hombres, mujeres, niños, niñas y adolescentes, incluso, destacó que hay diversas fuentes de información y una de ellas es el Informe Mundial Contra la Trata de Personas que revela el incremento del delito.
“De manera general podemos decir, por ejemplo, para tener un comparativo que en 2004 este sector de la población niños, niñas y adolescentes representaban tan sólo 13% de las víctimas de este delito y, por ejemplo, para 2020, según reportes de este informe, ya representaban 35%; 17% niñas y 18% niños, entonces, justo sólo por debajo de los hombres, que es el segundo sector de la población víctimas de este delito”.