En Tamaulipas se presentaron en el pasado sexenio estatal 13 denuncias penales por trata de menores de edad, mientras en lo que va del actual son tres las carpetas de investigación iniciadas, informó la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim).
De acuerdo con sus estadísticas, en 2016, primer año del gobierno anterior, se interpusieron tres denuncias, misma cifra que se observó en 2017, cero en 2018, cuatro en 2019, una en 2020, dos en 2021 y ninguna en 2022.
Para 2023, ya en la administración vigente, se abrió una carpeta de investigación, en tanto que el acumulado del 2024 al mes de mayo es de dos en la entidad.
Con esos dos casos del presente año, Tamaulipas es actualmente junto con Nuevo León, la décima entidad con mayor número de denuncias por este delito en agravio de menores de edad y donde las principales víctimas son del género femenino.
El mayor número de carpetas de investigación por trata contra contra niñas, niños y adolescentes lo tiene Estado de México y Quintana Roo con 29 casos cada uno, seguidos por Ciudad de México con 24, Chihuahua 19, Baja California 13 y Zacatecas 11.
Puebla tiene 6, Coahuila e Hidalgo 3 cada uno, Nuevo León 2, Tamaulipas 2, Campeche 1, Chiapas 1, Guerrero 1, Michoacán 1, Nayarit 1, Querétaro 1, Sinaloa 1, Oaxaca 1, San Luis Potosí 1 y Aguascalientes 1.
No registran carpetas de investigación en 2024, Baja California Sur, Colima, Durango, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Sonora, Tabasco,Tlaxcala, Veracruz y Yucatán.
Expuso Redim que, conforme al Protocolo contra la trata de la niñez y adolescencia, esta tiene lugar cuando existe la captación, el transporte, traslado y recepción de personas de entre cero y 17 años con fines de explotación.
¿Qué es la explotación?
Es decir, la esclavitud, prostitución u otras formas de explotación sexual, laboral, trabajo o servicios forzados, mendicidad forzosa, la utilización de personas menores de 18 años en actividades delictivas, adopción ilegal, matrimonio forzoso o servil, tráfico de órganos y la experimentación biomédica ilícita en seres humanos.
En opinión del psicólogo Ricardo Flores, las fiscalías no han combatido decididamente este delito, lo que complica el acceso a la justicia. “Los más vulnerables son menores que ya arrastran problemáticas de violencia en su entorno familiar y caen fácilmente en engaños”.