Al menos 10 temas que contiene la reforma al Poder Judicial despiertan inquietudes entre legisladores federales de oposición, entre ellos lo relativo a los millones de procesos judiciales que están en proceso, porque la reforma no establece un plazo perentorio para su desahogo por parte de los jueces y magistrados que actualmente los atienden, lo que generará un golpe a la certeza jurídica de quienes los protagonizan.
De acuerdo con la información obtenida por Excélsior entre los grupos de senadores a quienes se les han acercado especialistas del derecho, jueces y magistrados, hay una alerta sobre qué va a pasar con los plazos perentorios para la resolución de asuntos tributarios; los procesos de remoción o renuncia de ministros de la Corte; la anulación de la suspensión provisional como efecto de controversias constitucionales, acciones de inconstitucionalidad y juicios de amparo.
Además, los requisitos de elegibilidad de los juzgadores, pues, si bien son los mismos que actualmente se utilizan, al pasar a un sistema de elección abierta, es necesario garantizar, desde la definición de requisitos, que se someterán al voto popular a los mejores perfiles, sin permitir márgenes de discrecionalidad por parte de los tres poderes de la Unión que oficializarán a los candidatos.
Otro punto que desata preocupación es el referente al escalonamiento en los nombramientos, pues la reforma establece que a mayor número de votos ciudadano, mayor número de años en el cargo, pero no existen criterios que esclarezcan qué hacer en caso de empate o qué hacer si la participación en las urnas es numéricamente baja, por ejemplo.
Lo relacionado con la defensoría pública y la mejora en sus funciones; la desaparición de fondos, fideicomiso, mandatos o contratos similares, dentro del Poder Judicial, sin establecer los mecanismos para la devolución del dinero de los trabajadores que han ahorrado en esos instrumentos financieros durante décadas.
Lo relativo a la forma en que se resolverá todo lo relacionado con los juzgadores especializados, como los de concursos mercantiles, los de competencia económica y los que atienden los casos de violencia en contra de las mujeres o contra los menores de edad, como parte de los grupos vulnerables, porque una elección general dañará la aplicación de una justicia acorde con las necesidades de estas áreas específicas.
Dado que el artículo séptimo transitorio ordena que los actuales ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y todos los que lleguen después no tendrán derecho a un haber de retiro, se deja intacto ese derecho para quienes ya son ahora ministros en retiro, como Olga Sánchez Cordero y Arturo Zaldívar, a pesar que en el articulado de la propia reforma especifica que los ministros de la Corte no gozarán de prestaciones que sean diferentes a las que tiene un Presidente de la República.
La reforma al Poder Judicial, presentada por el Presidente de la República establece que “las leyes preverán las cuantías en materia tributaria en las cuales tanto los Tribunales Administrativos como los Jueces de Distrito y Tribunales de Circuito del Poder Judicial de la Federación o, en su caso, la Suprema Corte de Justicia de la Nación deberán resolver en un máximo de seis meses, contados a partir del conocimiento del asunto por parte de la autoridad competente.
“En caso de cumplirse con el plazo señalado y que no se haya dictado sentencia, el órgano jurisdiccional que conozca del asunto deberá dar aviso inmediato al Tribunal de Disciplina Judicial y justificar las razones de dicha demora o, en su caso, dar vista al órgano interno de control tratándose de Tribunales Administrativos”, dispone.
Y en el noveno transitorio añade que “los procedimientos que al momento de la entrada en vigor del presente Decreto excedan de los plazos previstos en el párrafo segundo del artículo 17 y en la fracción VII del artículo 20 constitucional del presente Decreto, deberán observar el procedimiento establecido en éstos”.
Pero si esos casos tienen tanto tiempo en la lista de espera por parte de un juez, un magistrado o un ministro implica que la carga de trabajo no le ha permitido concluirlo; ordenar que se resuelvan en un máximo de seis meses, generará la desatención a los asuntos que ya están en un análisis más avanzado y eso provocará más rezago para quienes lleguen como nuevos juzgadores. De acuerdo con las inquietudes que han compartido los juzgadores con algunos legisladores federales.
Con base en las alertas que se han hecho llegar a senadores y diputados federales por parte de especialistas, jueces y magistrados, no resolver con claridad al menos estas 10 aristas de la reforma al Poder Judicial puede provocar una crisis de impartición de justicia en todo el país, con severas consecuencias hacia los ciudadanos, empresas, instituciones públicas y privadas.
Además, en casos como la suspensión provisional, México restablecerá un criterio que no se apega a los tratados internacionales en materia de protección de derechos humanos de los que es parte y que fueron los que motivaron en 2011 y 2012 la inclusión de ese concepto en beneficio de mayorías afectadas.
“Necesitamos ser útiles para la sociedad”
La ministra Lenia Batres urgió a democratizar al Poder Judicial de la Federación (PJF) para tener ministros, magistrados y jueces que sean útiles a la sociedad.
“Me atrevo a decir, con toda claridad, responsabilidad, creo que urge que se democratice, creo que urge que ministras y ministros, más que estén en el limbo, pues sean funcionarios y funcionarias públicas útiles, útiles a la sociedad, que tengan sensibilidad”, afirmó la ministra durante el Foro Informativo sobre la Reforma Judicial, organizado por el Instituto Nacional de Formación Política de Morena.
Vestida con su toga oficial, que la designa como integrante del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la autodenominada “ministra del pueblo”, afirmó que los integrantes de este órgano autónomo no deben perder la capacidad de indignación ante la injusticia.
Durante el foro, un grupo de aproximadamente 20 personas, que dijeron ser trabajadores del Poder Judicial de la Federación, interrumpieron a gritos la intervención de la ministra y exigieron participar.
Reiteran riesgos de la iniciativa
La politización de la justicia y la posible intervención del crimen organizado son algunos de los riesgos que implica la Reforma Judicial que propone el gobierno federal de manera tramposa, afirmó el presidente nacional del PAN, Marko Cortés.
En un comunicado se indicó que dicha reforma, lejos de fortalecer al Poder Judicial, podría afectar la independencia, imparcialidad e idoneidad en la impartición de justicia.
“La aprobación de una reforma que tramposamente implica la elección de jueces, ministros y magistrados a través del voto directo de la ciudadanía implica enormes riesgos como la politización de la justicia, la falta de experiencia de jueces y magistrados, además de la probable complicidad con la delincuencia organizada”, se indicó.
El dirigente panista afirmó que el gobierno debe reconsiderar una reforma que afectaría gravemente el Estado de derecho y también pondría en riesgo los acuerdos y tratados internacionales de los que México forma parte.
El PAN consideró que la elección de jueces y magistrados se convertiría en un proceso altamente politizado, debido a que los candidatos podrían ser seleccionados en función de su afiliación política en lugar de su idoneidad y capacidad para ejercer la justicia de manera imparcial.
La falta de conocimiento y experiencia es un factor a considerar, explicó Cortés, pues podría llevar a la elección de jueces y magistrados sin las habilidades y competencias requeridas para ejercer su función de manera efectiva.
El tercer riesgo, se afirmó, es la posibilidad de que intervenga el crimen organizado, cuando los candidatos a jueces, con tal de ganar, generen pactos inconfesables con estos grupos.