Después de haber identificado a varias víctimas de desaparición que habrían sido secuestradas por el Cártel del Golfo, el empresario Gabriel Hernández denunció que un presunto miembro de este grupo criminal lo amenazó de muerte.
Por medio de un video, el hombre originario de Tamaulipas expuso que el 20 de junio, mientras supervisaba uno de sus negocios, fue abordado por un aparente sicario que se identificó como trabajador de ‘La Chispa’, seudónimo que se le atribuye a Mario Guitian Rosas.
“Se sacó una pistola que traía en la cintura y me la puso en el estómago, luego me dijo que decía ‘La Chispa’ que dejara las cosas como están, porque si no se iba a meter la gente de ‘Miguelito’ a Reynosa a rafaguearnos”, acusó Gabriel Hernández.
‘Miguelito’ es el alias con el que es conocido Juan Miguel Lizardi Castro, a quien también llaman‘El Maestrín’ . Los reportes disponibles señalan que este hombre sería cabecilla del Cártel del Golfo con influencia en la región de Río Bravo. La Fiscalía General de Justicia del Estado ofrecía una recompensa de dos millones de pesos por información para capturar a Lizardi, pero en 2023 su ficha de búsqueda fue retirada de los portales del gobierno.
Juan Miguel Lizardi Castro, alias ‘El Miguelito’, y/o ‘Maestrín’
Acorde con el testimonio del empresario, el enviado de ‘La Chispa’ lo amenazó de muerte a él y a la abogada y activista Delia Quiroa, fundadora del Colectivo 10 de Marzo, dedicado a la localización de personas desaparecidas en el estado de Tamaulipas.
El presunto jefe criminal, a través de su emisario, le hizo saber a Hernández que tenían monitoreadas sus actividades y movimientos, al igual que los de Delia Quiroa, quien funge como su asesora legal.
“[Me dijeron que] ya sabían que ella venía cada quince días a buscar a su hermano y que ya no siguiera identificando desaparecidos”, expuso el empresario. Gabriel Hernández informó en una denuncia previa que fue secuestrado en mayo de 2021 y durante el tiempo que estuvo privado de su libertad vio que el Cártel del Golfo tenía cautivas a varias personas con reporte de desaparición.
“Presencié cómo los secuestradores mataban diariamente de siete a nueve jóvenes y señoritas, no mayores de 30 años. Algunos fueron inhumados clandestinamente y otros fueron ‘cocinados’ [quemados] y esto no me deja dormir”, dijo Gabriel Hernández en un comunicado previo.