Al cumplirse una semana de la orden ejecutiva de Estados Unidos que restringe el asilo, empresarios mexicanos temen afectaciones en la frontera común, donde las exportaciones podrían atascarse por el cambio de prioridades de los funcionarios estadounidenses o nuevas restricciones del estado de Texas.
Thor Salayandía Lara, coordinador del Bloque Empresarial Fronterizo, indicó a EFE que el Gobierno estadounidense, al tener muchos migrantes para procesar, podría reorientar a los agentes que revisan la mercancía en los vehículos de carga para que ahora procesen a los indocumentados, lo que retrasaría las exportaciones.
“Si el día de mañana Estados Unidos necesita más gente para procesar a toda esa gente, pues van a quitar agentes del CBP (Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza) de los cruces comerciales para irse a atender a todos estos procesos migratorios”, advirtió en una entrevista.
En Ciudad Juárez, epicentro de la crisis humanitaria por la migración, el empresario vaticinó que esto “va a hacer que se atoren otra vez las filas, que haya más embotellamientos que tarden más las cargas para cruzar a Estados Unidos”.
Una regla que trae incertidumbre
La nueva medida, que el presidente estadounidense, Joe Biden, firmó hace una semana, permite deportar a quienes no superen estrictos estándares de asilo cuando se rebase la cifra de 2,500 detenciones diarias en la frontera durante un promedio de siete días.
Aunque el presidente, Andrés Manuel López Obrador, pidió a Washington que deporte a los migrantes “directo” a sus países de origen, los empresarios temen implicaciones por la saturación de la frontera.