La canciller mexicana Alicia Bárcena rechazó que México busque una “intermediación” a través de un tercer país para retomar un diálogo con Ecuador, por lo que la solución al diferendo diplomático permanece en manos de la Corte Internacional de Justicia con su eventual resolución al procedimiento iniciado el 11 de abril luego de la irrupción violenta de fuerzas policiales a la embajada mexicana en Quito, seis días antes de esa fecha.
“Ecuador canceló la posibilidad de un diálogo sobre las diferencias que teníamos con sus acciones ilegales. La conversación continuará ahora en la Corte Internacional de Justicia”.
La secretaria de Relaciones Exteriores aclaró que la participación de Suiza sería exclusivamente para salvaguardar los inmuebles y lograr la mudanza a México de propiedades y archivos que se encuentran en la embajada y las residencias de los funcionarios.
“México no busca diálogo con Ecuador. Ese quedó cancelado tras el asalto a nuestra embajada y seguirá en la Corte. Recurrimos a la figura de encargar a un tercer país la protección y ejercicio de nuestros intereses para atender asuntos urgentes, incluida la protección de nacionales”.
Agregó que se acudió al amparo de la ley y del derecho internacional vía la máxima instancia de justicia de la ONU y, se someterá a sus veredictos porque tiene la certeza de que “allí se fincará la responsabilidad de quienes han quebrantado las normas esenciales de convivencia pacífica entre nuestras naciones”.
Puntualizó que, en la entrevista radiofónica del martes por la noche con el periodista Leonardo Curzio, la referencia que hizo sobre Suiza solo es “a la solicitud de buenos oficios para resguardar los bienes y mobiliarios del personal diplomático mexicano que debió ser repatriado de manera inmediata. Nada más ni nada menos”, no para retomar un dialogo con el gobierno del presidente Daniel Noboa.
“Cualquier interpretación que exceda ese marco es inexacta y antojadiza”.
La funcionaria recordó que como lo prevé el derecho internacional, en casos de ruptura de relaciones es posible encargar a un tercer país la protección y ejercicio de los intereses y funciones diplomáticas y consulares para atender asuntos urgentes, incluida la protección de los nacionales. “Esa es la figura a la que recurre México”.