El presidente Andrés Manuel López Obrador aseveró este miércoles que no hay problemas en el comercio de maíz con Estados Unidos, pese al aumento de quejas de Washington por la restricción en México que tiene este grano cuando está genéticamente modificado o es transgénico.
“Hasta ahora la verdad no ha habido problema porque sigue habiendo comercio de maíz, nada más lo que nosotros hacemos es que mantenemos nuestro decreto de no utilizar maíz amarillo, maíz transgénico para consumo humano”, señaló el mandatario durante su conferencia de prensa matutina.
El gobernante mexicano se refirió así a la controversia que afronta dentro del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (-T-MEC) por prohibir el maíz modificado genéticamente para consumo humano y solo permitirlo para forraje.
Estados Unidos indicó esta semana que la controversia que está vigente en un panel del T-MEC en el que asegura que prohibir el grano transgénico no está basado en normas internacionales relevantes ni está sustentado en la ciencia o las normas del acuerdo comercial.
Washington contestó a una defensa de México, que argumentó que no hay pruebas científicas de que sea seguro comer maíz transgénico expuesto al herbicida glifosato.
López Obrador precisó que el Consejo Nacional de Humanidades, ciencias y Tecnologías (Conacyt) está realizando un análisis que ya estableció que no puede utilizarse maíz amarillo de importación para uso o consumo doméstico.
Y eso es lo que se está aplicando en nuestro país, para las tortillas, para los tamales, para todo lo que se hace con maíz, que es mucho, porque el maíz es la base de nuestra alimentación, sin maíz no hay país, es una planta bendita.
Destacó que para consumo humano solo puede consumirse en México el maíz blanco, cuya producción garantiza que el país es “autosuficiente”.
Aseveró que detrás de la controversia están empresas “poderosas” y que aunque México ha planteado que ni en el país ni en Estados Unidos se consuma maíz transgénico “hasta ahora no lo han aceptado”.
El Gobierno ha argumentado que la comunidad científica en México reconoció que el uso del herbicida glifosato, que es cancerígeno según la Organización Mundial de la Salud (OMS), junto con el cultivo de maíz transgénico, podría estar vinculado con el desarrollo de enfermedades renales y cáncer.
Por ello, el 13 de febrero de 2023 publicó un decreto presidencial, con el respaldo de 107 productores de maíces nativos participantes en el programa Producción para el Bienestar (PpB), que engloba disposiciones para limitar el maíz transgénico, el uso de glifosato y el proceso de transición agroecológica en México.
México compra cerca de 5 mil millones de dólares de maíz a Estados Unidos, la mayor parte grano amarillo transgénico para ganado.