En momentos en que México enfrenta una de las peores sequías de la historia, la Auditoría Superior de la Federación (ASF), detectó que la Comisión Nacional del Agua (Conagua), sustentó el otorgamiento de concesiones con base en acuerdos y decretos de zonas de veda de los años 50, 60 y 80, así como lo establecido en un transitorio publicado el 29 de abril de 2004.
En la revisión a la cuenta pública, la ASF identificó que la Conagua emitió 426 mil 290 títulos de concesión y asignación para el uso, explotación y aprovechamiento de aguas nacionales a 310 mil 298 solicitantes, por un volumen total de 265 mil 872 millones de metros cúbicos al año.
Del total de agua asignada en 2022, 86.5 por ciento correspondió a fuentes superficiales y 13.5 por ciento a fuentes subterráneas.
Ante esta situación, la Auditoría Superior de la Federación consideró necesario que la Conagua programe la realización de estudios técnicos con el fin de identificar los acuerdos y decretos de zonas de veda, reserva y reglamentadas, que sea necesario actualizar.
Lo anterior para proteger los recursos hídricos en razón de la situación actual de la disponibilidad media anual de las aguas nacionales superficiales y subterráneas, y de la tendencia de la sobreexplotación de los acuíferos y cuencas.
Pobre inspección
Además, la ASF, descubrió que en el periodo 2013-2022, el número de visitas de inspección programadas a concesionarios y asignatarios de aguas nacionales disminuyó 13.3 por ciento, en promedio anual, al pasar de 10 mil 809 en 2013 a tres mil el año pasado.
En cuanto al personal que realiza las visitas de inspección y verificación, la Conagua informó que, en 2022, contó con 143 personas acreditadas para realizar estas labores, para un universo de 310 mil 298 concesionarios y asignatarios, lo que representa una reducción de 55.9 por ciento con respecto a las 324 personas con las que contó en 2012.
No hay medidores
De acuerdo a la ASF, la Conagua no comprobó que, en 2022, haya formulado ni ejecutado un programa de medición con el objetivo de revisar que la extracción, explotación, uso y aprovechamiento se realizó conforme a los volúmenes, caudales y usos específicos establecidos en las concesiones y asignaciones de las aguas nacionales.
La Comisión Nacional del Agua, señaló que la medición de volúmenes de agua se realiza a los contribuyentes de derechos, mediante la lectura y verificación del funcionamiento de los medidores, lo que se denomina medición directa, y mediante la estimación de volúmenes de usuarios agrícolas y pecuarios, conocida como medición indirecta.
En la medición directa, al cierre de 2022, sólo 271 contribuyentes realizaron la medición de transmisión automatizada a la Conagua, mediante 804 medidores, es decir, que únicamente el 0.1 por ciento del universo total cumplió con su obligación.
Además, la Auditoría Superior de la Federación dijo que Conagua desconoce cuántos aprovechamientos cuentan con medidores de agua instalados para efectuar la lectura automatizada de manera directa, por lo que a 31 años de emitida la Ley de Aguas Nacionales, el avance es limitado en la instalación de instrumentos de medición del uso, explotación y aprovechamiento por parte de los concesionarios, asignatarios y permisionarios.
En relación con la medición indirecta, la Comisión Nacional del Agua dio a conocer que en 2022, evaluó y comparó el volumen concesionado agrícola con la metodología de Volumen de Agua Estimado Extraído (VAEE), de ocho mil 684 títulos de concesión, con lo que estimó que en tres mil 695 casos (42.5 por ciento), se extrajo un volumen mayor al asignado.